El esquema de franquicia históricamente ha logrado sortear con éxito las épocas de crisis económicas, fundamentalmente porque los inversionistas y emprendedores perciben menor riesgo y una mayor certidumbre al invertir en una franquicia versus un negocio independiente.
A pesar de la pandemia generada por el virus SARS-CoVid-2 y de sus terribles efectos económicos, las ventajas y aspectos estructurales de la franquicia siguen vigentes; incluso en algunos casos se han visto fortalecidos, como los siguientes:
• Reduce la curva de implementación y aprendizaje del negocio en una nueva ubicación.
• Otorga la licencia de una marca distintiva y registrada que, en menor o mayor medida, goza de posicionamiento.
• Replica un know how manualizado y estandarizado, en aspectos de preapertura, operativos, administrativos, comerciales y de imagen.
• Cuenta con proyecciones financieras que en la mayoría de los casos ya han incorporado la variable de la pandemia y de la nueva normalidad en sus modelos.
• Comparte con los franquiciatarios los beneficios de las compras por volumen negociadas con los proveedores y prestadores de servicios.
• El franquiciatario no estará solo como cualquier emprendedor. Contará con el apoyo, experiencia e infraestructura del franquiciante en los aspectos críticos del negocio como la capacitación, el soporte y la asistencia técnica.
Ahora bien, los tiempos de pandemia nos exigen ser más cuidadosos con los recursos económicos y patrimoniales que serán invertidos. Ningún emprendedor ni inversionista debe arriesgarse a adquirir una franquicia sin antes hacer una evaluación profunda que maximice las posibilidades de tener éxito.
César Aranday Martínez
Director General
Aranday & Asociados