Franquicia 100% mexicana de alta rentabilidad y pronta recuperación de inversión, con venta de un producto vital, noble y de fácil comercialización como lo es el agua purificada.

En 2003, al finalizar su segunda carrera, Eymard Argüello se encontraba en búsqueda de una oportunidad laboral. Buscó en numerosas empresas y, después de ser rechazado en una entrevista por estar sobrecalificado, regresó a su casa muy decaído. Al llegar a su hogar, su mamá le pidió que fuera a comprar un garrafón de agua. Fue a tres tiendas diferentes y no encontró ninguno. Al volver se  cuestionaba por qué un producto de primera necesidad no era de fácil acceso.

Con esta interrogante comenzó a investigar sobre el agua en enciclopedias de su padre, desde lo más básico hasta la contaminación y sus procesos de purificación; esta curiosidad lo llevó a indagar más sobre las empresas que en ese momento dominaban el mercado. Fue entonces que pensó que los equipos de purificación podían fabricarse en menor escala y a bajos costos para facilitar el acceso al agua purificada.

Eymard estaba seguro de que nada le impediría ser un experto en el tema, y en su recámara, que durante el día funcionaba como oficina, comenzó el proceso creativo. Él se encargó de todo con ayuda de su hermano, ya que al principio ellos fungían como vendedores, instaladores y daban soporte técnico.

Con toda la información que había recabado, creó un manual, diseñó su propio logotipo y bocetó las mesas de lavado y llenado de los garrafones para la planta purificadora.

Más tarde, con tan sólo 200 pesos comenzó a promocionarse en un periódico local como el “negocio de la década”.

Ese anuncio atrajo a sus primeros clientes, quienes a pesar de lo innovador y vanguardista de su equipo —que purifica el agua en siete pasos— no confiaban en su propuesta debido a su corta edad y a la falta de una oficina que tuviera un prototipo.

No obstante, Eymard siguió creyendo en su proyecto. Había detectado que los precios del agua embotellada en Puebla eran muy altos, a veces inaccesibles para un gran porcentaje de la población; fue así que este emprendedor intuyó que el resto de México debía pasar por la misma situación y quiso cambiar esto a través de su modelo de negocio.

El tiempo le dio la razón, al paso de tres meses y tras publicar anuncios en medios locales e incansables visitas a otros estados cercanos, una persona de Orizaba vio el potencial de la idea de negocio y lo contactó para instalar una de las primeras plantas purificadoras con la tecnología de, en ese entonces, La Gota Inmaculada.

El modelo de negocio de Agua Inmaculada es altamente rentable, ya que absolutamente todos necesitamos consumir agua rica, pura y confiable para el correcto funcionamiento de su organismo.

La perseverancia de Eymard lo llevó a reinvertir sus ganancias constantemente para crear un negocio viable de producción y comercialización de plantas purificadoras de agua, lo que hoy representa una oportunidad laboral para muchas familias mexicanas y, mejor aún, una derrama económica en muchas comunidades donde hay escasez de agua purificada de buena calidad.

Su éxito empezó a recorrer todo el territorio mexicano comenzando por estados como Tlaxcala, Veracruz, Chiapas y Oaxaca, lo que provocó una evolución en la empresa al convertirse en franquicia en 2011 bajo el nombre Agua Inmaculada, un modelo de negocio que ya le brindaba asesoramiento a las personas que adquirían su planta purificadora con el respaldo de una marca.

La demanda de los consumidores por encontrar quién les resuelva necesidades particulares ha dado lugar al nacimiento de innovaciones pensadas en segmentos de la población o mercados determinados.

Es así como esta franquicia ha ido creciendo y adaptándose a las exigencias de sus franquiciatarios, llevando a la creación de equipos automatizados para complementar sus plantas purificadoras, o bien para tener un negocio que genere ingresos extra sin necesidad de estar presente.

A mediados del 2015, Argüello buscó internacionalizarse y se establece la primera franquicia maestra en Perú. Posteriormente, Agua Inmaculada se expandió y llegó a países como Brasil, Panamá, Bolivia y Colombia.

El modelo de negocio de Agua Inmaculada es altamente rentable, ya que absolutamente todos necesitamos consumir agua rica, pura y confiable para el correcto funcionamiento de nuestro organismo.

Además, permite un retorno de inversión en poco tiempo con utilidades de hasta el 400% y lo mejor es que es flexible y escalable, ya que permite adaptarse a diferentes necesidades. Actualmente cuenta con certificaciones internacionales como la ISO 9001-2015 en Sistemas de Gestión de Calidad.

Para los franquiciatarios ofrece un portal digital en el cual tienen acceso a contenido exclusivo, un área de Soporte Técnico y Posventa para dar atención al cliente, y un Laboratorio Certificado único en el ramo para garantizar la calidad del agua purificada.

Las franquicias de Agua Inmaculada hoy en día venden más de 450 millones de litros de agua purificada al año en México, convirtiéndola en una marca reconocida, un negocio altamente rentable y con gran impacto social.

Como empresa, se preocupa por fomentar el emprendimiento en todas las personas, sin importar la edad o nivel socioeconómico, volviéndolos un motor en el desarrollo económico del país.

¡INVIERTE EN AGUA INMACULADA!